Es el Monumento Nacional de la Torre del Diablo, un cuello volcánico muy cerca de Sundance en Wyoming. Fue el primer monumento nacional oficial del país (1906) y es una de las joyas naturales de los Estados de las Rocosas.
La zona abarca más de 5,45 km² y la extraña montaña se eleva 386 metros por encima del terreno circundante. Su cumbre está a 1.558 m por encima del nivel del mar. Es fascinante por su forma, su color y las extrañas marcas laterales que tiene este hipnótico accidente geográfico.
Se escaló por primera vez el 4 de Julio de 1893 y desde entonces la escalada es una práctica habitual. El monumento es visitado por 400.000 personas al año, que van por la escalada, por su fascinante topografía, la belleza del lugar y por supuesto por ser una de las localizaciones más famosas del cine. Es el punto de encuentro con los extraterrestres en la película de Steven Spielberg, la ya clásica «Encuentros en la tercera fase».
Por ello en el lugar, además de fanáticos de la película, también se concentran los siempre simpáticos ufólogos, que realizan picnics y miran al magnífico cielo de Wyoming.
La Torre del Diablo también tiene cientos de leyendas, que se remontan a la época de los sioux, los lakota y los kiowa. La más conocida es la que cuenta como unas chicas nativas, escapando de unos hambrientos osos rezaron al Gran Espíritu para que las salvase. Éste hizo subir la roca de la tierra hacia el cielo para que los osos no pudieran alcanzar a las indias. Los animales intentaron escalar la piedra, y de ahí esas características marcas en las laderas de la montaña.