Como cualquier otra manifestación cultural de los Estados Unidos, la gastronomía es fruto de una variada y compleja mezcla de diversas gastronomías nacionales traídas por los emigrantes de diferentes partes del mundo. Las comidas tradicionales europeas, asiáticas africanas y del resto del continente se mezclan con la gastronomía autóctona, siendo rápidamente asimiladas y perfeccionadas en técnicas e ingredientes, dando lugar a novedosos y suculentos platos que fueron exportados muy exitosamente a todos los rincones del planeta.
Asimismo, la enorme extensión del país da como resultado una enorme variedad de cocinas regionales, con sus diferentes peculiaridades, mayormente diferenciables por sus distintos ingredientes. En la zona este del país, por ejemplo, abundan los platos a base de pescados y mariscos (Langosta de Maine, Cangrejo azul de Maryland…), mientras que en el medio oeste, la base de la gastronomía es la carne de vacuno (Filetes de Omaha…)
Gastronomía de los nativos norteamericanos
Utilizados desde la época precolonial, los ingredientes autóctonos del país son la base de su tradición culinaria. El maíz, las patatas, el girasol y el pavo, alimentos ya consumidos por la población nativa antes de la llegada de los europeos fue adoptada por estos y rápidamente exportada a Europa, donde tuvo una exitosa acogida. La cocina tradicional española y mexicana se mezcló con esta primitiva gastronomía amerindia dando lugar a la actualmente vigente cocina tex-mex, los tacos o el chili con carne.
Cocina sureña
Una de las cocinas más apreciadas y elaboradas es la variada cocina sureña, con distintos acentos culinarios, pero con una sólida base francesa, irlandesa, africana, nativa y española. Esta mezcla de tradiciones, perfeccionada a través de los siglos da lugar a distintas e interesantes gastronomías con variadísimos sabores, según la localidad.
Los platos más conocidos son el Pollo frito, el puré de patata, el Gombo y los Tomates Verdes Fritos, o postres como los panecillos con miel y la tarta de queso.
Cocina afroamericana
La cocina afroamericana es una de las principales bases de la gastronomía sureña. El alimento a base de verduras de los primeros esclavos de las plantaciones y los restos menos apreciados de carne, como las manos de cerdo o los chitlins fueron elaborados en estofados y barbacoas cada vez más complejas, a los que se les fueron añadiendo las diferentes especias de cada zona. Esta comida fue adoptada inmediatamente por la población blanca, cuyos cocineros eran mayoritariamente afroamericanos.
Cocina cajún
Esta apreciada cocina del sur de Louisiana tiene sus orígenes en la emigración franco-canadiense asentada en la zona tras su expulsión de la región de Acadia. De preparación muy simple y echando mano de los ingredientes locales, se basa en tres principales cimientos: El arroz, el maíz y la verdura (básicamente cebolla, pimiento y apio, presentes en la práctica totalidad de la cocina cajún).
Platos como el Étouffée, Jambalaya, el Arroz sucio o el Gumbo ragoût ya demuestran etimológicamente la fundamental presencia de la gastronomía francesa, a la que se le añaden acentos italianos y españoles.
Cocina criolla
También de la zona de Louisiana, pero mucho más influenciada por la cocina francesa que por la franco-canadiense, es la popular cocina criolla. Esta influencia es explicable por que era utilizada por la aristocracia de la zona, más cercana a la sensibilidad europea. Con capital en New Orleans, esta comida tiene en la singular preparación del marisco como el cangrejo, la gamba o la ostra su principal característica, aunque su uso de las carnes, principalmente cocinadas en barbacoas y adobadas profusamente es también muy valorada.
Hacia 1980, esta cultura gastronómica tuvo un nuevo impulso con el auge de la Nouvelle Creole, que incorpora nuevas técnicas e ingredientes de otras cocinas sureñas, y que actualmente acapara los menús de los principales restaurantes de New Orleans.
Gastronomía Chino-Americana
La enorme emigración china llegada en el siglo XIX también tuvo una importante influencia en diversas zonas del país. Fusionando la gastronomía local y la asiática, esta cocina se basa en la incorporación de ingredientes americanos con técnicas de la milenaria cocina china. Mientras que esta última tiene en las verduras su principal ingrediente, la china-americana la utiliza más bien de guarnición, y tiene una elaboración mucho más rápida, usando principalmente el aceite y la sal, algo que apenas se usaba en la tradicional comida china. Platos hoy considerados propios de la cultura china como el chop-suey (“sobras” en idioma chino), el arroz frito o las populares galletas de la suerte, son en realidad producto de esta cocina chino-americana.
Comida rápida
La principal exportación gastronómica del país son platos de comida rápida como la hamburguesa, el pollo frito o los hot dogs. Su origen data de principios del S.XX cuando se abrieron restaurantes en los que se servía comida tras una ventana de vidrio con una ranura para que el cliente pudiera pagar y llevarse su plato para comerlo en otro sitio. Este sistema industrial ganó una rápida aceptación por todo el país y fue perfeccionándose paulatinamente durante todo el siglo basándose en novedosas técnicas de marketing. Los restaurantes franquicia de fast-food diseminados por todas las ciudades del mundo o el auge de los drive-through nacidos en los años 40 son una prueba del arrollador éxito de esta cocina.
Por todo el país hay numerosos restaurantes prefabricados llamados diner que sirven este tipo de comidas de una forma menos industrial y más casera, dándole un toque de variedad étnica en cada zona. De gran aceptación popular, estos restaurantes, a menudo ubicados en carreteras tienen en la guia gastronómica Roadfood, fundada por los hemanos Stern, una especie de biblia que recomienda los mejores sitios para comer, con gran cantidad de adeptos en todo el país.
American Cookery
Este libro de cocina escrito por Amelia Simmons es el primero en indagar sobre los numerosos orígenes culinarios del país. Antes de esta obra, la literatura gastronómica era básicamente inglesa y no reflejaban en absoluto la mezcla de las diferentes tradiciones que componían el amplio espectro de sensibilidades culinarias del país. Publicado en 1796, alcanzó desde el principio una enorme popularidad y hoy en día es una de las principales herramientas de análisis de la cocina estadounidense como un ejemplo de expresión cultural propia.