Como país relativamente joven fundado en 1776, Estados Unidos no posee (exceptuando las muestras conservadas de arte nativo americano) una tradición artística oficial establecida durante siglos.
Siglo XVIII
Académicamente, los inicios de un arte propiamente estadounidense se remontan a mediados del XVIII, donde la influencia del arte Europeo era evidente. Pintores como John Singleton Copley hicieron con sus retratos los primeros intentos de un arte puramente americano, pero poco después se hace patente la influencia del pintor británico Benjamin West en otros jóvenes artistas de la época colonial como Gilbert Stuart o John Trumbull, interesados en un arte visual para el pueblo. Años después, estos artistas serían los encargados de gestionar el nuevo arte oficial que tendría en la historia el tema principal. Grandes batallas y retratos de los miembros del recién nacido gobierno formarán la mayor parte del patrimonio de esos años, con un mayor valor histórico que artístico.
Siglo XIX y la Guerra de Secesión
Con la creación de las instituciones artísticas, el arte no dejó de mirar a Europa. El naturalismo y romanticismo americanos apenas tienen nada que aportar a estos movimientos, a no ser por paisajes como los de Thomas Cole o Robert Fulton. Sin duda, la particular naturaleza del país demandaba un estilo paisajístico concreto, por lo que poco a poco los artistas de la nación fueron tomando consciencia de las características propias de su arte, teniendo en el paisaje, abanderado por la escuela del río Hudson, el género más frecuentado. La influencia de la ilustración periodística y el folklore indio marcaron a algunos artistas, muchos inclasificables como George Catlin o William Sydney Mount, que quisieron retratar lo que hoy es conocido como El Oeste.
Con la llegada de la Guerra Civil, surgieron dos estilos diferenciados. Por un lado, los pintores americanistas, que pintaban paisaje y retrato, se centraron ante todo en el realismo, en muchos caso costumbrista, pero con un evidente ánimo innovador. Por otro, se situaron los partidarios del rancio academicismo europeo, que acabaron en su mayoría emigrados en el viejo continente.
Las vanguardias
Las nuevas corrientes que se estaban gestando en Europa fueron especialmente exitosas en un país de las características de Estados Unidos. La creciente industrialización y la madurez del importante mercado del arte del país actuaron de caldo de cultivo para la proliferación de las vanguardias europeas en terreno americano. Los artistas se dedicaron desde entonces (se puede decir que hasta hoy) a rebelarse continuamente contra la tradición establecida.
Comenzando a principios de siglo por el Grupo de los Ocho y La Escuela del Basurero (que indagaban en temas sociales, a menudo marginales, rechazados por el arte burgués), la pintura fue evolucionando a medida que el cubismo, el expresionismo y la abstracción llegaban, siendo rápidamente adoptadas por la vanguardia artística norteamericana. Asímismo, gran cantidad de artistas europeos exiliados por la inestabilidad política y social en sus respectivos países fueron acogidos de forma entusiasta (incluso nacionalizados, como el caso de Marcel Duchamp), y su arte absorbido tanto por los creadores como por el mercado.
Las particularidades del arte de entreguerras
Un movimiento artístico interesante fue el llamado Renacimiento de Harlem, genuinamente afroamericano, cuyo objetivo era derrocar el racismo imperante en el arte blanco mayoritario. La influencia del diseño gráfico y la fotografía fue determinante para la creación de este movimiento en el barrio de Harlem, extendiéndose rápidamente por todo el país.
Con la Gran Depresión y el New Deal, el arte sufrió un cambio radical. Con millones de desempleados, se crearon programas públicos de empleo para artistas y el arte se usó como arma propagandística, educativa y de lucha social, no muy diferente al realizado en la Unión Soviética y por los muralistas de México. La decoración de edificios públicos con murales y la temática que resaltaba el nacionalismo y el esfuerzo colectivo por medio del trabajo eran frecuentes en esa época. Se trataba de un arte colectivo, anónimo por así decirlo.
También el regionalismo, muy influido por la nueva objetividad americana, tuvo efervescencia en esos años. La dura vida campesina americana fue retratada de forma icónica por numerosos pintores de esos años, sobre los que destaca Grant Wood, autor del famoso “Gótico Americano”.
Liderazgo del arte mundial tras la II Guerra Mundial
Dos movimientos afianzaron el imparable liderazgo artístico mundial por parte de los Estados Unidos, acorde a su liderazgo económico.
El expresionismo abstracto reinó durante la década de los 40 y 50, y es considerado el primer movimiento artístico original del país. Marcó el traslado de capital artística mundial de París a New York y su influencia es incalculable. Pollock, De Kooning y Kline fueron los artistas más valorados del movimiento.
A mediados de los 50, nace el Pop Art como rechazo a la compleja pintura expresionista. Jasper Johns, Roy Lichtenstein y sobre todo Andy Warhol iniciaron una nueva corriente en en la que, radicalizando el concepto de creación de un arte propiamente americano, se tomaron como fuente de inspiración directa la sociedad de consumo, la publicidad y los estereotipos propios del americano medio. Esta corriente supuso un éxito sin precedentes y afianzó la hegemonía del mercado artístico norteamericano sobre una devastada Europa.
Nuevas tendencias hasta hoy
A partir de esta apertura del mercado, el arte de Estados Unidos se convirtió en el principal espejo en el que se miró el resto del mundo. Como si de un torrente de reacciones contra lo inmediatamente anterior se tratara, fueron surgiendo nuevas e interesantes corrientes que hicieron evolucionar al arte en 50 años, más de lo que lo había hecho en siglos. Todas ellas son consideradas tendencias clave para entender el arte actual: en los 60 surge el minimalismo y el consiguiente posminimalismo. La experimentación, tanto teórica como práctica, se convirtió en el secreto del éxito. Empezaron a proliferar movimientos hechos más por críticos, comisarios y galeristas que por artistas: La abstracción lírica, Fluxus, Op Art, neodadaísmo, nuevo realismo, arte procesual, arte conceptual, land art, apropiacionismo y otras muchas corrientes fueron surgiendo una detrás de otra, afianzando con su arrollador éxito y su innegable originalidad la hegemonía del mercado artístico norteamericano.