Existe la opinión generalizada de que la sanidad en los Estados Unidos está totalmente privatizada, y que una persona sin seguro médico tendrá graves problemas económicos si le surge una complicación médica. Circulan historias de facturas altísimas por una asistencia médica que en países como España es gratuita y universal, o incluso casos mas extremos en los que un paciente es abandonado en la entrada del hospital sin ser atendido.
Sin embargo, esta fama de la sanidad americana es cierta sólo en parte: es verdad que hay centros hospitalarios en los que recibir asistencia es complicado, ya que sus administradores pondrán todos los impedimentos posibles para dar un servicio adecuado. Pero también hay una red de asistencia pública en la que los cuidados son gratuitos y en la que no es necesario tener un seguro médico ni dinero para ser atendido. Simplemente llamando al número de emergencias 911, una ambulancia se presentará y trasladará a la persona con problemas médicos a un hospital, donde será atendida sin preguntas sobre seguros ni dinero. El Estado de Nueva York prohíbe expresamente dejar sin atención a los enfermos que se presenten en una sala de urgencias.
Hecha esta salvedad, sigue siendo mucho más que recomendable viajar a Nueva York o a cualquier punto de Estados Unidos con un seguro médico contratado. A la mala suerte de sufrir un episodio de urgencia se le puede añadir llegar a un hospital que no esté en la red de asistencia gratuita, y que no dudará en pasar una factura con demasiadas cifras. Casi cualquier seguro de viaje cubre las contingencias más habituales, y no suelen ser caros: por el precio de unas cervezas en cualquier local neoyorquino tendremos solucionado el problema de la asistencia médica.
Podría darse el fatal caso de que, llegado el momento de ingresar en el hospital por cualquier situación desgraciada, descubras que dejar el asunto del seguro médico para el último día tuvo sus consecuencias, y que no tienes ningún papel que te libre de la ruina económica. No te dejes llevar por el pánico aún: con casi total seguridad, llevas contigo una tarjeta de crédito. Pues bien, la mayor parte de los contratos de uso de las tarjetas de crédito incluyen algún tipo de seguro médico de viaje, que al menos cubrirá los gastos más básicos. Es una alternativa de última hora que es bueno tener en cuenta, pero volvemos a insistir en que contratar un buen seguro médico de viaje, firme y poco oneroso, es útil en cualquier sitio que se visite, y más si hablamos de los Estados Unidos.