El Nueva Orleans de «La Conjura de los Necios»

Estatua de Ignatius Reilly

Los lectores ávidos conocen muy bien la existencia de la novela de John Kennedy Toole, «La Conjura de los necios», un auténtico libro de culto aclamado por todo el mundo como una de las cumbres de la literatura de los Estados Unidos. Kennedy Toole escribió esta novela entre 1962 y 1963, pero fue publicada de manera póstuma en 1980, cosechando un abrumador éxito de crítica y público que el autor no llegó a disfrutar.

Una de las protagonistas del libro, además del mítico Ignatius Reilly es la ciudad de Nueva Orleans, donde se desarrolla la acción de «La conjura de los necios». El libro es famoso por su rica representación de la ciudad (incluso de sus dialectos) y muchos lugareños y escritores piensan que es la mejor y más precisa descripción de la ciudad en una obra de ficción.

El Barrio Francés (French Quater), por ejemplo, es descrito en la novela con verdadera precisión, y en el se ubica la famosísima calle Bourbon, donde están casi todos los bares y locales de Jazz. Como comenta el autor en la novela: “Esto es lo maravilloso de Nueva Orleans. Puedes disfrazarte y organizar un baile de carnaval cualquier día del año. Hay veces que el Barrio Francés es como un gran baile de disfraces. A veces, no puede uno distinguir a los amigos de los enemigos”.

Otros lugares reales que se describen en la novela son el muelle del Río Mississippi, la Avenida City Park, la Calle Royal (famosa por sus tiendas de antigüedades) o la Avenida St. Charles, conocida por su tranvía.

También se habla en la novela de edificios emblemáticos de la ciudad como la Corte y la Catedral de St. Louis.

Otra característica de Nueva Orleans y del libro son esos carritos ambulantes de hot dogs, tan característicos tanto de la ciudad como de la novela.

Característico carrito de Hot Dogs

Y como homenaje, una estatua de bronce de Ignatius J. Reilly se puede encontrar a la orilla del río, afuera del Hyatt, entre Royale y Dauphine (800 de la calle Canal, Nueva Orleans). Numerosos turistas acuden al lugar a fotografiarse con esta criatura literaria después de realizar esta ruta turística de regustos literarios, basada en las vivencias de Ignatius.