Los acantilados de Mohegan

Mohagan
Bajada a la playa

Es de esos lugares poco conocidos por el turismo masivo. Y está bien así… ese es uno de sus encantos.
En el estado de Rhode Island, en la región de Nueva Inglaterra (Costa Este de los Estados Unidos), se esconde una de las islas más peculiares de todo el país: Block Island, un pequeño paraíso natural formado por glaciares, dunas de arena, playas y una población que destaca por su relajado estilo de vida. Hay turismo, sin duda (Bill y Hillary Clinton son habituales) y la vida nocturna es muy conocida en todo el país, pero si lo que buscas es tranquilidad, en Block Island también la encontrarás.

En esta isla hay cientos de tesoros naturales, pero una de sus principales joyas son los Acantilados Mohegan (Mohegan Bluffs), que se elevan hasta un altura de 60 metros sobre el nivel del mar. Una escalera desciende hasta la playa y el Faro Sudeste está abierto al visitante todo el verano.
Los acantilados toman su nombre de los nativos Mohegan, que en torno al 1590 fueron arrojados al mar por la tribu Manissean en una de sus luchas intestinas.

La belleza de este lugar es fascinante, con unas vistas que ponen la piel de gallina. Y más sabiendo las historias y leyendas del lugar, en el que estuvieron indios americanos, celebres piratas y fantasmas locales.

Las mejores playas de la isla están muy cerca de los Acantilados Mohegan: La Playa de Ballard (con un excelente restaurante y club nocturno), Crescent Beach Negro Rock. También están muy cercanos los riquísimos ecosistemas del Valle de Rodman o el refugio nacional de vida silvestre, especialmente atractivo para los amantes de la ornitología.

Otra cosa: si viajas a Block Island para ver estos espectaculares acantilados Mohegan, sería imperdonable no comer el exquisito marisco de la isla. Un menú recomendable sería el pez espada, la mercenaria (una pequeña almeja), unos calamares y desde luego la increíble langosta local.