Aeropuerto John F. Kennedy

La terminal 5, diseñada por Eero Saarinen, es la imagen más conocida del aeropuerto JFK (Foto: Sam Rohn, flickr)

El Aeropuerto John F. Kennedy (IATA: JFK), abierto desde 1942 y antiguamente conocido como Aeropuerto de Idlewild, está situado en el barrio de Queens, al este de Nueva York. Está a 19 kilómetros del centro. Gran parte de los vuelos internacionales que llegan a Nueva York lo hacen al JFK: Air France y Lufthansa en la terminal 1, British Airways en la terminal 7, Virgin Airlines en la terminal 4 y Jet Blue en la terminal 5 conforman una buena parte de los vuelos internacionales diarios de este aeropuerto. También es un nudo de conexión de vuelos internacionales de Delta Air Lines (terminales 2 y 3) y  American Airlines (terminal 8).

El JFK es un aeropuerto inmenso, con más de 50.000 pasajeros internacionales al día. Es muy fácil despistarse en el enorme recinto, por lo que es recomendable tener siempre seguro el número de nuestra terminal. El AirTrain, una línea de tren ligero, une todas las terminales de un modo gratuito. El aeropuerto, como es lógico, tiene todos los servicios imaginables. Las consignas para dejar equipaje están en las terminales 1 y 4, y cuestan entre 4 y 16 dólares por día, dependiendo del tamaño de la maleta. Los carritos para equipaje son gratuitos en esas mismas terminales, mientras que en el resto cuestan 3 dólares. Hay hoteles de todas las categorías en los alrededores del aeropuerto, y la mayoría disponen de servicios de autobús.

Existen varias maneras de trasladarse del JFK a Nueva York:

  • Taxi: El método más flexible, aunque en horas punta de llegadas de vuelos la espera para conseguir uno puede ser larga, de media hora como mínimo. Hay una tarifa única de 45 dólares que te llevará a cualquier lugar de Manhattan, que no incluye peajes (6 dólares como máximo) y propinas (entre el 15% y el 20%, dependiendo de la categoría del taxi). Para ir a cualquier otro barrio, el precio lo dictará el taxímetro. Esto en cuanto a los taxis oficiales, ya que en las entradas de las terminales de llegada hay muchos taxis sin licencia, que ofrecen transporte sin hacer cola, pero que normalmente son mucho más caros. Si tienes prisa o te gusta la aventura, intenta regatear con un taxista sin placa, ya que te ahorrarás la espera y el viaje podría salirte más barato. Aunque lo normal es que salgas trasquilado del taxi.
  • Autobús: New York Airport Express es la principal compañía de autobuses del aeropuerto. Te llevará a las estaciones Grand Central o Penn, así como a la terminal de autobús de la Autoridad Portuaria, por 15 dólares. Pero los horarios que muestra la empresa no tienen en cuenta los enormes retrasos diarios causados por las colas de inmigración (que a veces son de más de dos horas), por lo que tal vez no sea una buena idea usar este servicio, a pesar de ser más barato. Otras compañías que operan directamente con los hoteles de Manhattan son Supershuttle (unos 25 dólares por viaje) o Goairlinkshuttle (entre 17 y 20 dólares). Asegúrate de que sus horarios coinciden con los tuyos.
  • Tren: El mencionado AirTrain, que se mueve entre las terminales del aeropuerto, conecta directamente con el Long Island Rail Road (LIRR) en la estación de Jamaica, con un viaje de unos 20 minutos. Con el LIRR puedes ponerte en la estación Penn (en el centro de Manhattan) en otros 25 minutos, o llegar a otros puntos de la ciudad, como Long Island o Brooklyn. La ventaja del tren: normalmente es más rápido que el taxi, y mucho más barato (5 dólares del aeropuerto a la estación de Jamaica, y entre 3 y 8 dólares del LIRR, dependiendo del momento del día) . La desventaja: sólo si llevas mucho equipaje, pues las estaciones de tren tienen pocos ascensores y muchas escaleras.
  • Metro: Las indicaciones sobre el tren, con sus ventajas y desventajas sobre el taxi, se pueden aplicar también al metro. El AirTrain te llevará a la estación de Howard Beach o la de Jamaica, y de allí llegarás a Manhattan con múltiples variantes, dependiendo de tu destino. Usar estas líneas de metro de noche no es muy recomendable, pues atraviesa ciertos barrios peligrosos.
  • Bus urbano: Es el método más barato (2’25 dólares a la estación de metro más próxima), y tiene muchas más conexiones que el AirTrain, pero no es recomendable para turistas con equipaje, ya que son usados sobre todo por trabajadores del aeropuerto, y hay muy poco espacio para las maletas. Además, para cambiar de autobús a metro necesitarás una MetroCard, o bien pagar 4’50 dólares (y sólo en monedas, nada de billetes en los buses urbanos).
  • Coche: Si el intenso tráfico de Nueva York no te queta las ganas de conducir por ti mismo, puedes usar nuestro servicio de alquiler de coches o limusinas. Recuerda siempre que aparcar en Manhattan es muy complicado, así que asegúrate antes de tener localizado un aparcamiento en el que dejar el automóvil cuando no lo necesites.