Estados Unidos antes de la Guerra de Secesión

La obra propagandística "American Progress", de John Gast, refleja perfectamente el espíritu del Manifest Destiny, que preconizaba la expansión de los Estados Unidos hacia el Oeste

Tras la victoria sobre los británicos y conseguir la independencia y la soberanía nacional, los Estados Unidos crean la primera democracia del mundo. El nuevo sistema se basa en el Bill of Rights de 1791, que garantiza una serie de derechos individuales y protección jurídica para todos los ciudadanos de la nación. Con el país recién nacido, se decide expandir el territorio hacia el Oeste, lo que lleva a una serie de guerras. Anexionando paulatinamente los territorios con el apoyo de un sólido sistema de ferrocarril, y facilitando a los colonos e inmigrantes tierras gratis, el territorio estadounidense abarca a mediados del siglo XIX de California a Nueva York, y de Canadá a México. Este espiríritu de expansión fue conocido como Manifest Destiny.


Expansión del territorio

En 1803, los Estados Unidos, bajo el mandato de Thomas Jefferson, compran Louisiana a Francia, casi duplicando el territorio de la nación. En 1819, bajo presión militar, España vende Florida y sus posesiones en el Golfo de México. Así, en 1820, la totalidad de la costa atlántica formaba parte de la Unión. En ese momento, el país decide expandirse hacia el Oeste. Durante la primera mitad del siglo XIX se fueron anexionando territorios, que se van convirtiendo en nuevos estados. Las tierras de los nativos son a menudo arrebatadas por la fuerza. El llamado Sendero de Lágrimas de la década de 1830 es un ejemplo del cruel expolio al que fueron sometidos los pueblos nativos norteamericanos, que se vieron obligados a vivir recluidos en reservas. En el transcurso de esos años, hasta 40 millones de bisontes americanos fueron sacrificados debido a la expansión de los colonos. La pérdida de estos búfalos, base de la alimentación de las tribus indígenas de las llanuras, supuso un golpe mortal para muchas de ellas.


Nueva guerra contra Gran Bretaña

La llamada Guerra de 1812 enfrenta de nuevo a los Estados Unidos contra el Reino Unido, todavía poseedor de colonias en Canadá. El conflicto duró hasta 1815. La guerra comienza por la invasión de Estados Unidos a las colonias inglesas en Canadá, en la que el ejército es prácticamente aniquilado. Tras varias incursiones sin éxito, el Reino Unido decide contraatacar, saqueando Detroit y Maine, y además organiza potentes bloqueos por mar de la costa atlántica, tomando también New Orleans y el Valle del Mississippi. La superioridad naval de los ingleses es evidente y llegan incluso hasta Washington, incendiando instituciones como la Casa Blanca, el Capitolio y la Biblioteca del Congreso.

Tras este duro golpe, la nación reacciona y recupera muchos de los territorios, que parecían condenados a un retorno al antiguo colonialismo. Las luchas son continuas y diezman los efectivos de los Estados Unidos y Gran Bretaña por igual, por lo que se decide firmar la paz por parte de ambas potencias, ancladas en un conflicto que no parecía avanzar. Sin embargo, después de dar por superado este conflicto los Estados Unidos viven un esplendor económico que potencia la expansión hacia el Oeste, dinamizada en parte por la culminación de una red ferroviaria que llegaba hasta California, donde se habían encontrado importantes yacimientos de oro. Es la época de la Revolución Industrial.


Guerra contra México

Entre 1820 y 1830, miles de colonos estadounidenses se establecen en Texas, que en aquellos años era territorio mexicano. México se encontraba en una precaria situación económica a causa de su propia guerra de independencia contra España, por lo que cedió numerosos territorios texanos a los colonos. A muchos ciudadanos mexicanos les pareció injusta esta cesión, mientras que a muchos colonos les resultaron excesivas ciertas leyes mexicanas como la prohibición de tener esclavos o la obligación de convertirse al catolicismo. Al negarse los colonos a pagar tributos a México, se entra en un conflicto con célebres batallas (la más conocida, El Álamo) que culmina con la independencia de Texas como república en 1836. En 1845, la república entra a formar parte de los Estados Unidos como un estado más.

El presidente Abraham Lincoln, convencido partidario de la abolición de la esclavitud, vio cómo los estados sureños se separaban de la Unión por ese motivo y les declaró la guerra

Poseyendo casi la totalidad del Sur (en 1846, siguiendo la doctrina del Destino Manifiesto, Estados Unidos se anexiona Oregón), la nación decide apropiarse de los codiciados territorios mexicanos de la Alta California y Nuevo México, objetivo que consiguen en 1848. De paso, se anexionan los territorios de Arizona, Utah, Nevada, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma, lo que se conoce como Cesión Mexicana. En las numerosas batallas, coma la de Veracruz, fallecieron miles de soldados norteamericanos y mexicanos.


Abolición de la esclavitud

Poco a poco los territorios ocupados van convirtiéndose en nuevos estados en la nación, pero hay diferencias claras entre ellos en lo referente al tema de la esclavitud. Las tensiones entre abolicionistas y partidarios de la economía esclavista crecen continuamente. La Constitución protegió el comercio de esclavos hasta 1808, pero los estados del Norte ya habían abolido esta práctica desde 1780. Con la llegada al poder del republicano Abraham Lincoln en 1860, la tensión entre estados es insoportable y siete de estos estados pro-esclavistas declaran la secesión de la unión, formando los Estados Confederados de América, algo que el gobierno federal consideró ilegal, desencadenando la guerra civil.

En 1858, el republicano Abraham Lincoln, convencido abolicionista, decide enfrentarse al senador Douglas, que buscaba una reelección. Los debates sobre abolicionismo venían de años atrás, pero llegó a su punto máximo cuando Lincoln ganó las elecciones a la presidencia. La tensión entre estados es insoportable, y siete de estos estados favorables a la esclavitud, base de su economía principalmente agrícola, decidieron abandonar la Unión y formar los Estados Confederados de América. Al primero de ellos, Carolina del Sur, le siguieron Mississippi, Florida, Alabama, Georgia, Louisiana, Texas (todavía con sus heridas de guerra sin cicatrizar), Virginia, Arkansas, Tennessee y Carolina del Norte. Esta proclamación de independencia no podía ser tolerada por Lincoln, por lo que se hizo inevitable el inicio de una cruel y sangrienta guerra civil entre conciudadanos.