La famosa Calle Lombard de San Francisco, uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad, cerrará al tráfico por primera vez en su historia durante el próximo fin de semana y durante los tres siguientes, en un intento del Ayuntamiento para descongestionar el tráfico.
El tramo de Lombard que transcurre entre las calles Hyde y Leavenworth es muy conocido en todos los ciudadanos por tener, en apenas 120 metros de longitud, hasta ocho curvas muy cerradas que le han valido el honor de ser calificada como la «calle más tortuosa del planeta», que ha salido en numerosas películas y series de TV ambientadas en la ciudad californiana. Es por ello que la avenida siempre ha sido uno de los lugares más visitados por los turistas que visitan San Francisco, muchos de los cuales no pierden la oportunidad de circular por ella con sus coches, lo que provoca largas filas de vehículos y las consiguientes quejas de los vecinos.
La calle no solo tiene curvas realmente cerradas. La inclinación de 27 grados (la calle está construida en la pendiente de una colina) hacen que la velocidad recomendada para circular por ella sea de sólamente 8 kilómetros por hora, lo que provoca una mayor congestión del tráfico. Nada que ver con las endiabladas persecuciones del cine, donde los coches parecen volar.
Es por ello que durante los siguientes cuatro fines de semana de junio y julio, incluído el 4 de julio (viernes), los agentes municipales bloquearán el acceso de vehículos a la calle Lombard entre Larkin y Leavenworth desde el mediodía y hasta las 6 de la tarde, las horas de mayor afluencia de visitantes.
Por supuesto, los peatones podrán seguir visitándola a pie, pero deberán caminar exclusivamente por la acera con escaleras anexas y no tendrán acceso alguno a la calzada. Las únicas excepciones se harán para los vehículos de emergencia (ambulancias, bomberos, policía…), los taxis y los residentes de la zona.
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