Nueva York intenta proteger a sus aves de los rascacielos

Los pájaros de Central Park vivirán más seguros cuando se cumplan las pautas de la alcaldía (Foto: vidular, flickr)

Nueva York es una ciudad de rascacielos. Conforman una silueta imponente y son perfectamente reconocibles como icono de la ciudad. Pero no todo el mundo ve con buenos ojos a estas grandes moles de acero y cristal. De hecho, ciertos seres no son capaces de verlos, y esa es su perdición.

Se trata de los miles de pájaros de diferentes especies que viven en la ciudad, especialmente en Central Park. Mientras están en ese entorno cerrado que imita a la naturaleza, no tienen problemas. Pero cuando inician sus viajes migratorios, o simplmente extienden sus vuelos a las zonas urbanizadas, estas aves se ven en un serio problema. Los ornitólogos explican que los edificios con grandes cristales (y los rascacielos neoyorquinos responden perfectamente a esta definición) reflejan los árboles cercanos, y los pájaros, que creen que están volando hacia una rama, se estrellan contra los edificios. No es un problema menor: se calcula que mueren por este motivo unas 90.000 aves al año en las cercanías de parques y puertos.

Los aficionados al avistamiento de aves en Central Park fueron los primeros en dar la voz de alarma, pero sus lamentos no cayeron en saco roto. Una primera medida se tomó en la época de migraciones del año 2010, cuando la fundación ornotológica Audubon solicitó a la ciudad que facilitase el vuelo de las aves migratorias a su paso por la ciudad, ya que las luces de los edificios más altos reducían la capacidad de orientación de las aves. Las recomendaciones fueron seguidas por los rascacielos más próximos a los parques, que apagaron las luces o cerraron las cortinas de los últimos pisos para no molestar el paso de los pájaros.

La convocatoria fue un éxito, por la cada vez mayor conciencia de conservación de la naturaleza en la ciudad, y también por el evidente ahorro lumínico en una ciudad de consumo energético desaforado. Por todo ello, el gobierno local dio un paso más, y hace poco publicó una serie de pautas arquitectónicas, para que los edificios futuros dispongan de dispositivos que los hagan claramente visibles a las aves neoyorquinas.